martes, 3 de julio de 2012
EDUCACIÓN AMBIENTAL.
La educación ambiental, como proceso educativo para cada individuo, las familias, las comunidades, la sociedad y el Estado debe reorientarse para contribuir al logro del desarrollo sostenible mundial.
La educación ambiental es un excelente proceso que, satisfactoriamente enfocado, programado, ejecutado y evaluado en los distintos grupos y sectores de nuestras sociedades, puede renovar y estimular los procesos políticos, económicos, sociales y culturales de nuestros países para contribuir a minimizar la pobreza, el analfabetismo, la falta de educación, carencia de servicios de salud y otros problemas globales contemporáneos, incluyendo los problemas del medio ambiente mundial.
Al respecto, se evidencia que se necesita hoy más que nunca una voluntad e interés de una política por los Gobiernos y los Estados que logre priorizar el desarrollo de la Triada: protección del medio ambiente, desarrollo sostenible y educación ambiental como parte de la vida política, económica, social e histórica-cultural de cada nación, para elevar la calidad de vida y el bienestar del desarrollo humano.
En este sentido, el Gobierno y el Estado cubanos asumen un posición de principios, y se encuentran trabajando sostenidamente por lograr un desarrollo económico sostenido y ambientalmente sustentable, el que demanda en enfoque global y multifacético que tome en consideración la aguda crisis económica de los países en desarrollo. Además, se necesita materializar en la práctica que los recursos financieros, tecnológicos, científico-técnicos, deben provenir de los países desarrollados, sobre la base de su mayor responsabilidad en el proceso de degradación global ambiental.
En relación también con lo anterior, Cuba es uno de los países que ha declarado y trabaja porque los actuales patrones de producción, distribución y consumo, que ha prevalecido en las economías desarrolladas y han sido impuestos a los países subdesarrollados, deben revisarse, rediseñarse y cambiarse a favor de las naciones en proceso de desarrollo y para eliminar la pobreza, que no es compatible con la protección del medio ambiente.
Al respecto, y en consecuencia, para contribuir a materializar lo anterior, la educación tiene como fin preparar al hombre para la vida y su esencia es la formación de la concepción dialéctico-materialista del mundo, tomando como base los conocimientos científicos y su transformación en convicciones morales y motivos de conducta.
IMPACTO DEL HOMBRE EN LA BIODIVERSIDAD.
La biodiversidad se refiere a la variedad interdependiente de todas las formas de vida, incluyendo las humanas y los hábitats naturales que forman los sistemas interconectados locales, regionales y ecológicos globales. En el centro del concepto está la interdependencia que esta variedad de vida comparte; desde el diminuto nivel del gene, al nivel de las especies, hasta el ecosistema en general.
Biodiversidad significa que ningún animal individual o grupo de animales es visto como un ser con vida independiente de otros seres. Lo que le hacemos a una parte del sistema afecta el sistema entero como un todo. Por lo tanto, el preservar un ambiente saludable significa proteger los sistemas biológicos de las plantas y de la vida silvestre, no solo grupos de especies individuales.
La protección de la biodiversidad es importante porque asegura la salud y seguridad humana. La biodiversidad no solo provee los beneficios directos de la comida, agua limpia, medicina y energía; también le asegura que su ambiente funciona en una manera que apoya la vida. Desde la perspectiva de planificación de sitios, la biodiversidad es necesaria para limitar los efectos negativos causados por la contaminación, para proteger las cuencas hidrográficas y para combatir los efectos de la erosión del suelo, al igual que para proveer una protección contra las fluctuaciones del tiempo y el clima.
A pesar de que Centro América y El Caribe constituyen menos del 1 por ciento de la superficie total de la tierra, un increíble 7 a 8 por ciento de las especies de plantas y animales del globo están localizados a lo largo de sus 1,700-kilómetros de longitud. Desde los áridos desiertos, bosques tropicales, elevados volcanes y rebosantes litorales costeros, Centro América y El Caribe proveen una tremenda biodiversidad de plantas y vida silvestre.
Pero a pesar de lo abundante que es esta diversidad, también es frágil. Conservación Internacional (CI), una organización internacional para la conservación del ambiente, menciona esta región como un "sitio de moda" dándole la importancia de una de las 25 bioregiones más amenazadas del planeta (Figura 2.6.1). Uno de los contribuyentes principales a esta pérdida es la continua expansión de los asentamientos humanos.
Áreas de riesgo ecológico.
A menudo, los efectos del desarrollo de asentamientos humanos pueden resultar en la disminución de la biodiversidad mediante la destrucción o la alteración de los componentes físicos o biológicos de los sistemas ecológicos existentes. Aunque el crecimiento no destruya inmediatamente un ecosistema, la construcción de carreteras, cercos o viviendas, puede obstruir o interrumpir los esquemas de la vida silvestre, creando, por lo tanto fragmentación ecológica y desequilibrio que tienen un efecto durante un período de tiempo mayor. A pesar de que el ambiente es capaz de adaptarse a las circunstancias naturales cambiantes, los desarrollos creados por el hombre hacen más difícil la recuperación del ambiente, tomando a menudo décadas para recuperar su equilibrio, en el mejor de los casos.
A pesar de que a menudo pensamos que la protección del ambiente natural es el deber de las organizaciones de conservación, la realidad es que los diseñadores de sitios tienen una responsabilidad igual que una oportunidad real para asegurarse que tales recursos valiosos no se pierdan.
Problemática y deterioro ambiental
El problema del deterioro ambiental y de los procesos de contaminación ha adquirido a últimas fechas gran importancia, no sólo por la conciencia que se ha creado en torno al problema, sino por la imperiosa necesidad de resguardar la vida y entorno humano. La destrucción de la capa de ozono, los cambios climáticos, la lluvia ácida, la pérdida de biodiversidad, el sobre calentamiento de la tierra y el destino de los residuos tóxicos y nucleares, no están encerrados en las fronteras de cada país, sino que afectan a todo el planeta y conforman un marco de acción global.
Los procesos de conservación ambiental por un lado, y la pujante y creciente necesidad de modelos de desarrollo acelerados, han sido cuestionamientos opuestos a lo largo del desarrollo de nuestra historia, planteándose un dilema entre crecimiento económico y conservación y preservación ambiental. La Revolución Industrial marcó el inicio no sólo de la búsqueda incesante de formas de crecimiento que aceleraran los procesos productivos y de competencia, sino que igualmente marcó el inicio de la destrucción y la devastación de la tierra y de los seres que en ella habitan, incluido el hombre.
Tal problemática no fue abordada sino hasta 1970 principalmente, en donde los cuestionamientos sobre la irracionalidad de los modelos de crecimiento, ocuparon los principales focos de atención e incursionaron a los más altos niveles de dirección internacional y mundial. Es así como la década de los 70's marca el inicio de una mayor conciencia ambiental. Distintas teorías y postulados, plantean no sólo la posibilidad de conjuntar desarrollo económico con conservación ambiental, sino que incluso postulan una correlación positiva entre uno y otro (necesidad de uno para el desarrollo del otro). Algunos de los principales enfoques que versan al respecto son el Neoliberal, el Neokeynesiano, el Radicalista y el Estructuralista.
Posterior a los años 70's, el desarrollo de temas ecológico-económicos y su presentación en foros internacionales, se ha evidenciado y ha adquirido dimensiones importantes, ahora ya incluso los tratados de libre comercio y acuerdos comerciales en general, buscan introducir normas y reglamentos ecológicos que coadyuven a resolver el problema ambiental.
Toda esta problemática que se ha planteado, no es excluyente para ningún país, y mucho menos para México, en donde los procesos de contaminación, devastación y depredación de la tierra son realmente alarmantes, en donde las regulaciones son muy pobres y en donde la conciencia cívica, política y social al parecer es inexistente. Es por eso, que este reporte, intenta puntualizar, ubicándonos en un contexto internacional, algunos de los principales problemas que aquejan a nuestro país, acotando ciertas acciones que se han llevado a cabo, tanto por la iniciativa privada como por el sector público, para finalmente, plantear algunas posibles perspectivas que se vienen gestando en el país como medidas de solución al problema, tal es el caso de las altas y atractivas ganancias que podrían arrojar las inversiones en materia ambiental.
Por lo anterior, este trabajo pretende hacer conciencia de la problemática, identificando los principales problemas, puntualizando algunas acciones tendientes a dar solución al problema y sobre todo, destacar por un lado, las perspectivas que en materia ecológica se tienen, y por otro, lo mucho que falta por hacer y la premura de su realización.
Contaminación de residuos sólidos y peligrosos
Cada año se generan en México alrededor de 40 millones de toneladas de residuos, de las cuales, 35.3 millones corresponden a residuos sólidos urbanos (RSU) y se estima que entre 5 y 6 millones de toneladas a residuos peligrosos (RP). La problemática asociada con los RP presenta dos grandes líneas: por un lado, la que se refiere a la presencia de sitios ya contaminados que requieren una solución; y por otro, la que se orienta a prevenir la contaminación proveniente de las fuentes en operación que los generan. La disposición inadecuada de los residuos peligrosos provoca diferentes afectaciones a los ecosistemas. En el año 2004 se identificaron en el país 297 sitios contaminados con RP, de los cuales 119 fueron caracterizados y 12 se encuentran en proceso de rehabilitación.
La infraestructura para dar un manejo adecuado a los residuos sólidos urbanos y peligrosos es aún insuficiente. La capacidad instalada en el país debe ser optimizada para contar con sistemas efectivos de manejo que permitan, por ejemplo, su aprovechamiento, recolección y reciclaje de los residuos. La gestión integral de éstos constituye una fuente de oportunidades para generar mercados y cadenas productivas formales, mismas que requerirán de criterios de desempeño ambiental para aprovechar los materiales y/o el contenido energético de los residuos.
El problema de los residuos peligrosos en México sigue siendo un pendiente en el que el avance regulatorio deberá ser acompañado en forma equilibrada con el avance en las acciones necesarias para resolver el problema.
Es prioritario desarrollar el inventario nacional de residuos peligrosos y biológicos infecciosos, y promover su manejo integral prestando una mayor atención a este rubro desde la perspectiva social, económico-financiera y cultural e institucional, a través de acciones e instrumentos de política regulatoria que promuevan la búsqueda de soluciones integrales, en coordinación con municipios y estados. Con ello se podrían desincentivar los usos informales e ilegales que se dan a ciertas corrientes de residuos y que, al no contar con el equipo de control adecuado, generan otros impactos ambientales, como es el caso del uso de aceites gastados en los hornos de las ladrilleras.
Medio ambiente
El medio ambiente es el conjunto de todas las cosas vivas que nos rodean. De éste obtenemos agua, comida, combustibles y materias primas que sirven para fabricar las cosas que utilizamos diariamente.
Al abusar o hacer mal uso de los recursos naturales que se obtienen del medio ambiente, lo ponemos en peligro y lo agotamos. El aire y el agua están contaminándose, los bosques están desapareciendo, debido a los incendios y a la explotación excesiva y los animales se van extinguiendo por el exceso de la caza y de la pesca.
Debido a esto, la ONU busca lograr el "desarrollo sostenible". Este concepto quiere decir el hecho de lograr el mayor desarrollo de los pueblos sin poner en peligro el medio ambiente. Para ello se creó, en 1972, el Programa de las Naciones Unidas sobre el Medio ambiente (PNUMA), que se encarga de promover actividades medioambientales y crear conciencia entre la población sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
Con el fin de preservar el medio ambiente de la Tierra, que es "la casa mayor de todos los seres humanos", la Organización de las Naciones Unidas trabaja con intensidad para lograr acuerdos internacionales que ayuden a preservar y respetar el medio ambiente, como el mejor legado o herencia que los adultos puede dejar a los niños.
Así, en 1992, la ONU celebró la "Cumbre para la Tierra", en la cual se adoptó el "Programa 21", que es un plan de acción que explica las medidas para lograr un desarrollo sostenible. Más de 1,800 ciudades del mundo han hecho su propio programa 21 local, basándose en el que se adoptó en la Cumbre para la Tierra. En esta Cumbre, también:
• Se definieron los derechos y deberes de los Estados en materia de medio ambiente
• Se abordaron las cuestiones relacionadas con:
o La protección de los bosques
o El cambio climático y la diversidad biológica
o Las poblaciones de peces migratorias
o La desertificación
o El desarrollo sostenible de los Estados Insulares (islas).
En 1997, tuvo lugar la "Cumbre de Río+5", que tenía como principal objetivo analizar la ejecución del "Programa 21", aprobado en la Cumbre de 1992. En la Cumbre de 1997 se obtuvieron diversas acuerdos que se plasmaron en el documento final de la sesión.
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